SKORDALIA
250 g de papas harinosas con piel
2 dientes de ajo majados
1 cucharada de vinagre de vino blanco
2 cucharadas de aceite de oliva
1 kilo de remolachas, hojas incluídas
60 ml de aceite de oliva virgen
1 cucharada de vinagre de vino tinto
Hierva las papas hasta que estén tiernas.
Pélelas y hágalas puré.
Una vez frías, mézclelas con el ajo, el vinagre y el aceite.
Sazone.
Corte los tallos con hojas de los bulbos de remolacha.
Deje los tallos de 2 cm y recorte las partes duras de las hojas.
Corte los tallos y las hojas en trozos más pequeños y lávelos.
Lave los bulbos.
Ponga agua en una cacerola y llévela a ebullición.
Sumerja los bulbos sin pelar y cocine a fuego fuerte de 20 a 40 minutos (según el tamaño), o hasta que al pincharlos con
un cuchillo afilado estén tiernos.
Retírelos con una espumadera y deje que se enfríen un poco.
Lleve el líquido de cocción a ebullición y agregue más agua si es necesario.
Añada las hojas y los tallos, y cuézalos 8 minutos.
Remueva y escurra.
Pele la piel de los bulbos con unos guantes de goma.
Pártalos por la mitad y, después en rodajas gruesas.
Disponga las hojas, los tallos y los bulbos en una fuente de servir.
Mezcle el aceite y el vinagre y sazone a gusto.
Viértalo sobre las remolacha y sírvalo acompañado del skordalia.
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