-Un cardo
-2 dientes de ajo picados
-2 cucharadas de aceite de oliva
-Un puñado pequeño de almendras laminadas tostadas
-Una cucharadita rasa de harina
-Un vaso grande de caldo de cocción del cardo
-Una pizca de vino blanco, perejil picado, agua y sal.

Se limpia bien el cardo, con cuidado de retirar todos los hilos y esquinas de los tallos, y se parten las ramas en pedazos
de unos cinco centímetros de largo. Aparte, se pone a hervir en una una olla rápida agua ligeramente salada. En cuanto surge
el hervor, y a medida que se va limpiando el cardo, se echan los trozos limpios en su interior (así se evita que se oscurezcan
y que se tenga que añadir al agua zumo de limón y se consigue que la verdura sepa sólo a verdura).

A continuación, se cierra la olla y, cuando la válvula empiece a girar, se baja el fuego al mínimo. Pasados 35 o 40 minutos,
se apaga el fuego, se retira la válvula y se deja enfriar el cardo en la olla sin abrirla. Aparte, se coloca una cazuela baja
al fuego, con los dientes de ajo picados y el aceite de oliva.

Cuando baile el ajo, se incorporan los cardos escurridos y se rehogan durante unos 30 segundos.

Se añade la harina y un vaso de caldo de cocción, o la suficiente cantidad como para que poco a poco se vaya formando una
salsa ligada y ligera. Se deja hervir unos minutos para que la harina pierda el gusto de crudo y se añaden las almendras,
la pizca de vino y el perejil picado. Comprobar de sal y servir.
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