En la placa del horno se ponen las papas cortadas como para hacer papas fritas. Se agrega un chorro de aceite de freír y se
las rocía con vinagre, agregando sal y orégano a gusto. Se mete la placa en el horno, y cuando están doraditas, se retiran.
¡Es fácil, rápido y delicioso! Y resultan menos pesadas que las papas fritas convencionales. Probar para constatar.
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